Israel bombardea Damasco tras pedir protección a la minoría drusa de Siria
Israel bombardeó el viernes los alrededores del palacio presidencial de Damasco después de amenazar con represalias contra el gobierno sirio si no protegía a la minoría drusa en los mortales enfrentamientos sectarios que sacuden el país.
Más de cien personas fallecieron en los últimos dos días en choques entre combatientes drusos y grupos armados vinculados al poder sunita que tumbó hace casi cinco meses al represivo régimen de Bashar al Asad.
El líder espiritual de la minoría drusa denunció el jueves una "campaña genocida" contra esta comunidad religiosa esotérica derivada del islam chiita y reclamó "una intervención inmediata de fuerzas internacionales".
Israel, con una importante minoría drusa, cumplió el viernes de madrugada con su amenaza de represalias y anunció un bombardeo cerca del palacio presidencial de Ahmed al Sharaa, el líder islamista que asumió el poder tras derrocar a Al Asad.
"Aviones de combate atacaron los alrededores del palacio", escribió en un mensaje de Telegram el ejército israelí.
Horas antes, el ministro de Defensa, Israel Katz, había advertido que "si los ataques contra los drusos se reanudan y el régimen sirio no logra impedirlos, Israel responderá con una fuerza significativa".
- "Campaña genocida" -
Los enfrentamientos cerca de la capital, Damasco, y en el sur del país entre combatientes drusos y grupos armados vinculados a los nuevos gobernantes ilustran la inestabilidad persistente en Siria después de catorce años de guerra civil.
Estos choques provocaron al menos 102 muertos en los últimos dos días, señaló el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una oenegé con sede en Reino Unido pero con una amplia red de fuentes en Siria.
Entre ellos hay 30 miembros de seguridad y combatientes afiliados, 21 milicianos drusos y 10 civiles fallecidos en Jaramana y Sahnaya, cerca de Damasco.
En la provincia de Sueida, bastión de la comunidad drusa cerca de Israel, otros 40 combatientes drusos murieron el miércoles, 35 de ellos en una emboscada, según el OSDH.
El líder espiritual druso, el jeque Hikmat al Hajri, denunció una "campaña genocida injustificada" y arremetió contra el presidente Al Sharaa.
"Un gobierno no mata a su pueblo echando mano de sus propias milicias extremistas, para decir después de las masacres que la culpa es de elementos incontrolados", declaró. "Un gobierno protege a su pueblo".
El jefe de la diplomacia de Damasco, Asaad al Shaibani, replicó que "cualquier llamado a una intervención extranjera, bajo cualquier pretexto o eslogan, llevará a un deterioro de la situación y a más divisiones".
- "Más divisiones"-
La ONU exhortó a "todas las partes a mostrar la mayor prudencia" y Estados Unidos reprobó como "inaceptable" la "reciente violencia y la retórica incendiaria dirigida contra miembros de la comunidad drusa en Siria".
Los combates en Jaramana y Sahnaya, donde viven cristianos y drusos, y en la provincia meridional de Sueida recordaron las masacres que a inicios de marzo dejaron un balance de 1.700 muertos en el oeste del país, en su gran mayoría miembros de la minoría alauita a la que pertenecía Bashar al Asad.
La violencia en aquella zona montañosa y costera se vio precipitada por ataques de hombres afines al clan Al Asad contra las fuerzas de seguridad.
Los combates de esta semana comenzaron el lunes con un ataque de grupos armados afines al poder en Jaramana, tras difundirse en redes sociales un mensaje de audio atribuido a un druso, y considerado blasfemo para con el profeta Mahoma. La AFP no pudo verificar la autenticidad del mensaje en cuestión.
Israel, a través de su canciller Gideon Saar, instó el jueves a la comunidad internacional a "cumplir su papel protegiendo las minorías en Siria -especialmente a los drusos- del régimen y sus bandas terroristas".
Los drusos son numerosos en los Altos del Golán, que Israel arrebató a Siria en la Guerra de los Seis Días en 1967, y desde entonces mantiene ocupados.
Desde el estallido de la guerra en Siria, Israel ha bombardeado en cientos de ocasiones este país con el que sigue técnicamente en guerra. Estos ataques se intensificaron con la llegada de los nuevos gobernantes, surgidos de una coalición rebelde liderada por islamistas.
T.Mann--BP